1993 >
LÁZARO o la celebración de la Resurrección
Prospect 93, Frankfurter Kunstverein / Schirn Kunsthalle. Comisario: Peter Weiermaier. https://www.artist-info.com/exhibition/PROSPECT-Id332925
Iluminaciones Profanas. Arteleku.
Iluminaciones Profanas. Galería Elba Benítez.
Iluminaciones profanas. Proyecto comisariado por José Luis Brea.
Colección del artista.


Nota previa que no fue antes
Lázaro ha sido, y es, un proyecto huido de mí, escapado de mis manos. Huido de mí en tanto que en él se alberga una serie demasiado larga de circunstancias vitales, propias y ajenas, que, a pesar de supuestos hermetismos, me han construido. Más allá de cualquier posibilidad de control en forma de reticencia, reserva, o de mera desviación de la cuestión. Escapado de y a mis manos, y a mis abrazos, como lo hacen aquellos objetos que en ellas pueden aparecer sin palabras o mágicas invocaciones previas, y que, sin embargo, al tratar de asirlos para reconocerlos y poseerlos, saltan de ellas y determinan su libertad por encima de toda posible persecución: ellos surgen de profundidades de nuestro ser que la linterna más potente jamás llegaría a iluminar; la herida más oculta a la luz es su origen: herida que no conocerá cicatriz; superficies rocosas sobre las que volver a destrozarse. Lázaro despertó como lo habría hecho un iluminado al que tras una vida de ayuno se le abre la cabeza con la visión de la pura luz: hambre y pobreza, las mejores consejeras de todo abandonado. La vida ilumina más avenidas de las que podemos recorrer, de ahí que sea necesario alimentar el arte del hambre con las escasas viandas del pobre.
Un Lázaro profanador de tumbas, en busca de la suya propia; harapiento que arrastra el sudario recogiendo el polvo del camino, y al que se le enfangan las lágrimas. Ausente de sí mismo, sólo halla consuelo en saberse abandonado, al fin, por lo menos a su mala suerte... y a su inmenso peor hacer.
La Guardia, agosto de 1993.
Lázaro fue un proyecto realizado para el Prospect ’93 comisionado por Peter Weiermaier, comisario de la muestra en la Frankfurter Kunstverein.
En Lázaro consolido mis proyectos de cámaras (wunderkammer) o arquillas de curiosidades, al mismo tiempo prosigo con la reflexión en torno a los dispositivos narrativos y de lenguaje, así como trabajando con la metáfora y la alegoría en tanto que tropos de enlace entre concepto y poesía. En Lázaro la sugerencia del “renacer” del mito cristiano, de una cierta nueva vida, y del abandono, no hay descanso si la narración lo requiere, toma la forma de una tumba vacía: el cuerpo no está, solo queda la voz última de un futuro por llegar y de una decepción: “padre, ¿por qué me has abandonado?; pero, también la invocación, orden, que te devuelve a la vida: levántate y anda… aún no hay duda; la duda de las últimas palabras. El lenguaje reactiva los cuerpos y les dota de funciones específicas. Lázaro es una obra sobre la ausencia de libre albedrío; también sobre el poder del lenguaje y la poesía: queda la bola de cristal y la tenue luz de una vela que ilumina la escena… la penumbra.










